Así surge de un estudio sobre enfermeras de Estados Unidos que demostró que las mujeres que consumen poca carne roja, sodio y carbohidratos procesados suelen tener menos posibilidad de desarrollar ciertos tumores de pecho. En especial, los que carecen de receptores de estrógeno (RE), que son un cuarto de los cánceres mamarios.
Menos del 1 por ciento de más de 86.000 enfermeras estudiadas durante 26 años desarrolló cáncer de mama RE negativo.
El riesgo fue más bajo en las participantes cuya alimentación era más parecida a la dieta DASH, que los especialistas recomiendan para bajar la presión porque es rica en vegetales, frutas, granos con alto contenido de fibra, legumbres y frutos secos. Además, incluye lácteos descremados.
Las mujeres que al inicio del estudio tenían la dieta más parecida a la DASH tuvieron un 20 por ciento menos riesgo de desarrollar un tumor de pecho RE negativo que aquellas con la dieta menos parecida a la DASH.
Los resultados publicados en American Journal of Epidemiology no prueban que la dieta rica en vegetales en sí disminuya la posibilidad de desarrollar cáncer mamario.
Y, en general, los estudios han llegado a conclusiones contradictorias en cuanto a la relación entre los hábitos alimentarios y el cáncer mamario.
Pero investigaciones recientes comenzaron a sugerir una relación entre la dieta y los tumores mamarios RE negativos, según explicó Teresa T. Fung, profesora asociada de nutrición del Simmons College, en Boston, y autora principal del nuevo estudio. Por ahora, no se conoce la causa.
Fung consideró que lo importante para las mujeres es saber que los hábitos alimentarios saludables podrían estar asociados con una reducción del riesgo de desarrollar ciertos cánceres de pecho. Y, según el nuevo estudio, las verduras serían especialmente importantes.
La investigación demostró también que las mujeres que tenían una alimentación rica en proteína vegetal (de alimentos como las arvejas, la soja o las nueces), pero reducida en carbohidratos refinados (como el pan blanco y otros alimentos con almidón) tenían un 19 por ciento menos riesgo de desarrollar cáncer RE negativo que las mujeres con un patrón alimentario opuesto.
Y cuando el equipo consideró factores como el peso, el ejercicio y el tabaquismo, se mantuvo la relación entre la dieta rica en vegetales y la reducción del riesgo de desarrollar el cáncer. Nuevamente, recordó la autora, eso no prueba una relación causa-efecto.
La mujer promedio de Estados Unidos tiene un 12 por ciento de posibilidad de desarrollar cáncer mamario en su vida; los tumores RE positivos son los más comunes.
Fung sugirió comenzar a introducir alimentos más saludables poco a poco. “Podrían comenzar agregando arvejas a la dieta”, propuso. “Cualquier mejora es mejor que nada”, añadió.
En la dieta DASH se recomienda que la mujer promedio consuma diariamente entre cuatro y cinco porciones de verduras y la misma cantidad de frutas, además de cuatro o cinco porciones semanales de legumbres, frutos secos y semillas.
fuentes: aviva.com.uy - American Journal of Epidemiology, online 10 de agosto del 2011
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