La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad presentará una denuncia penal en contra de la trasnacional agrícola Monsanto, por los delitos federales de fraude, atentado contra la bioseguridad y la riqueza nacional así como por tráfico de influencias
El abogado de esta organización, René Sánchez Galindo, presentará esta denuncia el jueves próximo ante la Procuraduría General de la República (PGR). Señaló que a través del Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos (PMMM), Monsanto controla la información genética de las 14 razas de maíz que se cultivan en la entidad.
El PMMM es un proyecto de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM) - organismo que está ligado a la Confederación Nacional Campesina del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y cuyo dirigente es Efraín García Bello, así como el gobierno del estado de Puebla - , y de no frenarse, esa información genética pasará a ser parte de Monsanto si la patenta, por lo que millones de campesinos en la entidad y el resto del país tendrían que pagarle regalías a este consorcio por el uso de las semillas, subrayó Sánchez Galindo.
Agregó que esta situación es sumamente grave, pues estos campesinos y sus familias se sumirían más en la miseria y acrecentando los problemas del campo poblano; con la estrategia comercial y de contrato que tiene por todo el mundo, Monsanto se apoderará de esta riqueza nacional y controlará el abasto alimentario de Puebla, como ya lo hace en otros países.
El próximo jueves será el Día Mundial del Maíz, y esa es la razón por la cual la denuncia contra la trasnacional será presentada ese día, abundó Sánchez Galindo, quien indicó que el Código Penal Federal establece que es un delito contra la riqueza nacional cualquier acción para acaparar los insumos básicos, así como la liberación ilícita de transgénicos, razones suficientes, dijo, para promover la denuncia penal.
En la página internet del Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos sólo se habla de una "protección" del maíz criollo, pero también se expone una comercialización de éste, y eso no debería ocurrir, agregó el abogado, quien abundó que solicitarán a un juez federal la presentación de un peritaje para demostrar como Monsanto se está apoderando de la información genética del grano.
Señaló que sí existe contaminación transgénica en Puebla y recordó que investigadores del Colegio de Posgraduados encontraron en la Mixteca poblana el maíz transgénico CAMB35. "Hay riesgo de que entren los transgénicos, pero si ya tienen la comercialización y contrato, también vienen por el acaparamiento".
Sánchez Galindo expuso que será necesario que el Congreso del estado le cierre la puerta no sólo a la entrada de los transgénicos, sino que debe actuar inmediatamente para proteger la información genética de los maíces criollos en beneficio de los campesinos.
"Es un fraude, hubo un engaño y esto es grave: es tráfico de influencias con el gobierno del estado como también fraude con los campesinos que creyeron en esto. También es un delito porque el maíz es parte de la riqueza nacional, y contra la bioseguridad", expuso.
El PMMM, señalado desde 2009
Si bien no es la primera vez que el Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos es señalado por la cercanía que tiene con Monsanto, y el hasta ahora poco claro financiamiento que ese consorcio tiene en el proyecto, sí será la primera vez que el PMMM sea llevado a los tribunales.
En abril de 2009, investigador del Instituto de Ciencias de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) Miguel Ángel Damián Huato, señaló que el consorcio Monsanto puede llegar a controlar la variabilidad de maíces criollos que existe en Puebla, y en el resto de México, a través de su participación del PMMM, con la creación del banco de germoplasma que concentrará las mejores características de los granos criollos: la trasnacional podría patentarlos, adaptarlos a las semillas transgénicas y ponerlas a la venta en todo el mundo.
En la entrevista que concedió en ese año a La Jornada de Oriente, el investigador señaló que en Puebla sí se están sembrando transgénicos, en parte, por el impulso que el propio gobierno le da a esta actividad, así como por campesinos que roban semilla de los campos agrícolas del norte del país o de los Estados Unidos, y que las siembran en sus lugares de origen en el estado, bajo la creencia de que obtendrán los mismos beneficios.
En ese entonces, Damián Huato subrayó que apostarle a ese tipo de cultivos con modificación genética, como la única manera de rescatar el agro poblano, es una de las "mayores estupideces que se pueden cometer" debido a la gran cantidad de fertilizantes, pesticidas y otros insumos que requieren para sobrevivir y generar las grandes cantidades de producción, a diferencia de los maíces criollos.
Lo que es un hecho, aseguró, es que será inevitable la pérdida de la biodiversidad del maíz en Puebla y en el resto de México, lo que facilitará que la planta del grano tenga menor resistencia a las plagas y, en consecuencia, habrá pérdida de cosechas.
Sin embargo, desde ese entonces el investigador apostó al fracaso de la siembra de transgénicos, como ocurrió con la siembra de maíz híbrido, pues en Puebla la siembra es de temporal y esas semillas no están diseñadas para ese tipo de siembra, además de que los campesinos simplemente no tienen dinero para comprar las grandes cantidades de fertilizantes y pesticidas que requieren, debido a su precaria situación.
El PMMM
El también especialista del Departamento de Agroecología y Ambiente de la UAP dijo en su momento a este diario que el PMMM se puso en marcha el 18 de abril de 2008, y en él participan la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM), que es filial de la priista Confederación Nacional Campesina, y el gobierno del estado de Puebla.
La parte técnica del proyecto es aportada por la Universidad Agraria Antonio Narro, de Saltillo, Coahuila, mientras que el financiamiento de 24 millones de pesos es entregado por el consorcio Monsanto en montos de 8 millones durante los tres años que durará el proyecto. El gobierno local sólo aporta un millón de pesos.
Para Damián Huato, Monsanto emplea una retórica de preservación del maíz criollo y para ello pretende identificar las mejores características de los cientos de diferentes variedades de maíces criollos entre las 74 razas existentes en México; sin embargo, en el fondo tiene otro tipo de interés.
Recordó que el negocio de esa trasnacional es la comercialización de granos alrededor del mundo, y en México más de 70 por ciento de las ventas de semillas está monopolizado por Monsanto.
En cambio, las semillas criollas de maíz se adaptan fácilmente a distintos tipos y condiciones de suelo y clima; por ejemplo, pueden sobrevivir lo mismo a nivel del mar que a los 4 mil metros de altura. Esas características le pueden servir a la compañía para introducirlas a transgénicos, pero los granos genéticamente modificados están patentados y hay que pagar por su uso. "El objetivo es controlar el banco de germoplasma que se está construyendo; ese es el verdadero interés de la trasnacional", aseguró el investigador universitario.
Lamentó que el gobierno de Puebla siempre ha creído que traer tecnología del exterior es la única manera de desarrollar al campo, pero se ha negado a ver la riqueza cultural de los agricultores poblanos, la cual no ha sido aprovechada.
Fuente: http://es.sott.net/
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