El maestro al ver las ganas del aprendiz de querer progresar y notando su sinceridad, respondió: -Querido estudiante, te daré la técnica más fácil y que todas las personas en el planeta realizan, algunas lo hacen de manera consciente, en un estado mental despierto y otras, la mayoría, en un estado de adormecimiento mental mecánico e inconsciente. Se trata de enfocar toda tu atención mientras comes.
Debes estar completamente atento al presente para disfrutar de un buen plato de comida. Sólo siendo consciente del presente, tus manos sentirán el calor que emana de los alimentos. Sólo en el presente, aspirarás el aroma de la preparación, lo saborearás y llegarás a apreciar su exquisitez.
Si estás pensando mientras comes en el pasado o preocupado por el futuro, dejarás escapar la oportunidad de una buena meditación. Si la mente no está atenta, de repente, habrás mirado el plato de comida y su contenido habrá desaparecido sin que te hayas dado cuenta de esto.
Con la vida, ocurre lo mismo. Si no vives plenamente el presente, en un abrir y cerrar de ojos, la vida se te habrá escapado. Habrás perdido sus sensaciones, su aroma, su exquisitez y su sentido, y sentirás que ha transcurrido a toda velocidad.
El pasado ya ha pasado. Aprende de él y déjalo atrás. El futuro ni siquiera ha llegado. Haz planes para el futuro, pero no pierdas el tiempo preocupándote por él. Preocuparse no sirve de nada. Cuando dejes de pensar en lo que ha ocurrido, cuando dejes de preocuparte por lo que todavía no ha pasado, estarás en el presente.
Sólo entonces comenzarás a experimentar la vida con todo tu potencial.
fuente: http://espiritualidaddiaria.infobae.com/
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