jueves, 6 de diciembre de 2012

Las enseñanzas de Cristo son nuestras enseñanzas

jesus
Sobre todo, practica ser leal a tu Alma.

Lo haces amándote en todas tus experiencias y al darte cuenta que menospreciarte no tiene valor. Hay elecciones mucho mejores que puedes hacer y la mejor de ellas es amarlo todo.
Una forma de aprender a mantener el centro del Alma, que es la unidad con Dios, es reuniendo todos los aspectos de tu expresión de vida en la actitud del amor.

Mantienes tu sintonía con el Espíritu cuando continúas haciendo los ejercicios espirituales, escuchando la Palabra de Dios que se habla a través de tu conciencia interna tanto como en las escrituras y seminarios, entonando el nombre de Dios y viajando en la Corriente del Sonido de regreso, atravesando lo que no tiene forma, hacia el corazón de Dios.

Ya sabes que la tierra es más negativa que positiva. Mira alrededor del mundo y velo. Toda la negatividad que se arroja, toda la destrucción, son una trampa. Te hacen perder la pista de la naturaleza positiva del Alma, la naturaleza positiva de tu propio Ser divino y Espíritu.

Es importante mantener la imagen de tu propia divinidad y la perfección de tu propia Alma. Estos aspectos positivos de tí son las partes que perduran y perseveran.

En las familias, las personas tienen responsabilidades, unos con otros. Si un cónyuge se lastima, el otro, aún cuando sea por mero egoísmo, debería ocuparse y ayudar a su cónyuge a mejorar, tan rápido como sea posible. Valdrá la pena. Si los otros no son lo suficientemente listos como para cuidar de sí mismos, lo haces por ellos porque son parte de ti.

Las enseñanzas de Cristo son nuestras enseñanzas. Las enseñanzas de Cristo son las enseñanzas del Espíritu. Buscamos vivir del modo demostrado por el Cristo, ser honestos y amorosos en todo sentido.

No importa la forma en que cualquiera de nosotros se haya desviado o vagado, no es realmente asunto nuestro, excepto que se nos llama a cuidar unos de otros. Pongamos a un lado lo que podríamos tener en contra de nuestros hermanos y hermanas por lo que ellos hayan dicho o hecho. Vamos a extendernos y a celebrar que nuestros hermanos y hermanas son nuestros bienamados.

- John-Roger

fuente: http://senderoespiritual.com/

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