Cada vez que aparezca en tu mente un pensamiento negativo, decí: “cancelo”.
Otra técnica es pensar y visualizar lo opuesto a la idea negativa: Por ejemplo, si por un instante nos pensamos enfermos, visualizarnos sanos, fuertes y alegres. Para hacer esto, es fundamental practicar el vivir en el momento presente, porque de esa manera estaremos atentos a lo que sucede.
Por eso, buscá tomar decisiones acertadas basadas en tus buenas y sanas intenciones, que los resultados, sin dudas, te premiarán tornándose en el mismo sentido.
La sabiduría real consiste en evitar los pensamientos que nos debilitan, los pensamientos negativos. La gente que triunfa busca las circunstancias que desea y si no las encuentra, las crea.
Planeá tus metas partiendo de ideas auspiciosas. Imaginate que plantaste una semilla en tu mente y necesitás regarla a diario para que germine y crezca. La actitud es el reflejo de una persona.
Y sí, lo que sucede adentro, se expone afuera. El poder de nuestros pensamientos nos puede llevar por caminos tan luminosos como deplorables.
Hay señales que delatan las tendencias: Si siempre nos enojamos por lo mismo. Frustrándonos frente a cada error, nuestro potencial futuro, mientras no insinuemos ningún cambio de actitud, resultará igual de negro, o peor.
Lo mismo sucede respecto al conformismo… el gran enemigo de cualquier sueño anhelado.
Cada segundo, cada minuto, cada hora podemos notar el valor de lo que llevamos adentro, así como cada día podemos cambiar lo que no nos gusta de nosotros. Y volvemos a los pensamientos: Si hoy te disponés a modificar los malos pensamientos, el camino inercial determinará una misma versión de vos mismo pero mejorará a conciencia. Por eso les afirmo, amigos, que traer pensamientos sanos a cada uno de nuestros actos significará –y representará- el primer paso hacia el cambio, hacia el verdadero éxito.
Fuente:http://espiritualidaddiaria.infobae.com
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