• ¿Te has preguntado alguna vez el motivo por el cual nuestros niños padecen más alergias o enfermedades raras que cuando nosotros éramos pequeños?
• ¿Eres conciente de lo que comes? o lo más importante, ¿sabes que contienen los alimentos que le das a tus hijos para comer?
• ¿Te has parado a leer los ingredientes que tienen los alimentos que consumes?
Gracias a la gran demanda de alimento de que el ser humano se ha hecho adicto-dependiente de muchas zonas del planeta y sobre todo al consumismo incontrolado e irresponsable del que nosotros mismos somos culpables directos, cada vez importamos más alimentos de otros lugares de la Tierra. Lugares tremendamente alejados unos de otros, destino y puntos de partidas cada vez más distantes. Esto ha hecho que las grandes industrias alimentarias hayan recurrido a los compuestos químicos para conservar los alimentos, de los cuales algunos de ellos se ha demostrado que son altamente dañinos y peligrosos para nuestra salud, tanto a corto como a medio y a largo plazo.
Parece ser que eso nada importa a algunas industrias alimentarias, siempre y cuando sus resultados económicos se vieran incrementados con ello. No solo no les importa sino que continúan creando más de estos compuestos químicos como son los actuales colorantes, edulcorantes, potenciadores de sabor, etc. Muchos de ellos altamente perjudiciales para nuestra salud. De los cuales, estos nos pueden producir asma, alergias, urticarias, alteraciones sanguíneas, quistes intestinales, dolores de cabeza, vómitos, diarreas, problemas neurológicos, perdidas de transporte de oxigeno en sangre, piedras en el riñón, mutación genética y diversos tipos de cáncer. Estas son solo algunas patologías de las que podemos ser víctimas.
Hagamos un consumo responsable no adquiriendo los alimentos que dispongan de estos compuestos químicos. Exijamos a nuestros establecimientos productos naturales. Nuestros padres los consumían y nosotros de pequeños también, ¿por qué no podemos consumirlos actualmente?
Dejemos de consumir las frutas, verduras y hortalizas que se encuentren fuera de temporada, ya que esto provoca precisamente que el transporte de los alimentos tenga que hacerse a mayor distancia, con la repercusión notable del consumo de energía, contaminación medioambiental, mano de obra precaria en los sitios de partida de esos productos y por último la consecuencia de emplear estos componentes químicos para su segura durabilidad y traslado, así como las malas artes que se están empleando a la hora de trabajar el campo, es decir, los cada vez más utilizados herbicidas e insecticidas químicos, por no hablar de los productos transgénicos silenciados y ocultados a la población. Todo esto para como siempre un mayor rendimiento económico para ellos, contra un terrible empeoramiento de nuestra salud y la de nuestros seres queridos al tiempo que rompemos considerablemente nuestra calidad de vida.
Debemos de comenzar a echar la vista atrás y recurrir a las costumbres saludables y naturales de nuestros padres y abuelos, solo de esta manera podemos hacer cambiar con nuestros actos la situación en la que todos nos encontramos. En un futuro nuestros hijos y nietos nos lo agradecerán.
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Para una mayor información disponéis de una lista recopilada de todos y cada uno de los aditivos químicos totalmente detallados.
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