La principal causa del cambio climático esta en el transporte y NO son las emisiones de gases como se divulga, si bien son parte del problema, sino es el desmedido CONSUMO DE OXIGENO por parte de los vehículos a combustión interna que circulan por el planeta y que están debilitando en progresión geométrica la capa de ozono, la mas importante reserva de oxigeno que tenemos en el planeta.
Un vehículo consume entre 50 y 100 litros de aire promedio por segundo. Teniendo en cuenta la actual población automotora (de más de 850 millones de unidades), son más de 20 mil millones de litros de aire que se consumen por segundo en el planeta y que se devuelven a la atmósfera a medio quemar y en forma explosiva. Veinte por ciento de esto es oxígeno puro que es tomado de la capa de ozono y también del aire y del mar, porque sin oxígeno no hay combustión. La cifra es tan grande que no le da tiempo ni a lo verde ni a la plataforma marina a reponer esta pérdida, y de ahí que se produce el desequilibrio en el planeta.
La Fundación Códigos siempre destacó la importancia de que las empresas automotrices reemplacen los actuales motores de combustión interna por eléctricos o de otra tecnología ecológica que no consuma oxígeno.
El problema no es el automóvil sino el motor que lo propulsa. El auto eléctrico nació junto al auto a gasolina, con tan solo 5 años de diferencia, pero hubieron razones que llevaron a esta tecnología a la muerte dejando al usuario sin la opción de elegir y obligándolo a consumir combustibles fósiles innecesariamente. Es importante entender que la solución NO esta en un cambio de combustible ya que cualquier combustible por más ecológico que parezca quema oxígeno en su combustión.
Necesitamos recuperar la capa de ozono, necesitamos recuperar el equilibrio perdido y el clima, necesitamos detener los terremotos, los tsunamis, las erupciones volcánicas, las sequías e inundaciones por el bien de nosotros mismos y de los que más amamos: nuestros hijos, y los animales que son víctimas de la obra contaminante del hombre. Tenemos que unirnos como hermanos, como Dios lo quiso desde un principio, ya no hay más tiempo que perder. Tenemos que salvar a nuestro planeta: nuestra preciada y única casa.
Por Luis Seguessa, Presidente de la Fundación Códigos.
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