Cuando una mujer murió, fue llevada al tribunal celestial.
Soy la mujer del alcalde. Dijo ella.
Te he preguntado quién eres y no con quien estas casada.
Soy la madre de cuatro hijos.
Te he preguntado quién eres y no cuantos hijos tienes.
Soy maestra de escuela.
Te he preguntado quién eres y no cual es tu profesión.
Soy cristiana.
Te he preguntado quién eres y no tu religión.
Soy una persona que iba todos los días a la iglesia y ayudaba a los pobres.
Te he preguntado quién eres y no lo que hacías.
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Algunas personas no se dan
cuenta de quiénes son verdaderamente, ya que solo se apoyan en las cosas
que tienen fuera y no se animan a miran dentro de su interior.
fuente:http://espiritualidaddiaria.infobae.com
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