EL NAUFRAGO - Cuento tradicional de la india -
Cansado y triste de la situación, empezó a construir una pequeña choza con ramas y hojas para poder protegerse y guardar las pocas posesiones que tenía.
Un día, al regresar luego de buscar comida, encontró que la pequeña choza se estaba quemando y un humo inmenso subía hacia el cielo. Las pocas cosas que tenía las había perdido, estaba muy desanimado.
Muy angustiado y furioso, le gritó a Dios:
-¿Cómo pudiste hacerme esto? ¿Cómo pudiste quitarme lo poco que tenía?
Desconsolado y cansado de gritar y llorar, se quedó dormido sobre la arena.
Al día siguiente, muy temprano por la mañana lo despertó el sonido de un barco que se acercaba a la isla.
Habían venido a rescatarlo.
Muy desconcertado el hombre se acercó a la orilla y cuando vio a los marineros les dijo:
-¿Cómo sabían que yo estaba aquí?
Ellos le contestaron:
-“Vimos las señales de humo que hiciste”
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¿Cuántas veces renegamos de lo que nos pasa?
¿Cuántas veces nos quejamos y culpamos a Dios por nuestros infortunios?
Por qué no podemos ver más
allá, pensar que todo sucede por una razón, y que lo que hoy nos
angustia, mañana será una prueba superada, un aprendizaje que nos
permitirá avanzar en nuestra evolución.
Cuando pasa la tormenta y
miramos hacia atrás nos damos cuenta de que lo que parecía tan terrible,
sucedió solo para nuestro bien.
Si pudiesemos entender esto,
seríamos capaces de agradecer cada situación que se nos presente en la
vida, aunque para la mente no sea aparentemente algo “bueno”.
Cuando tengan alguna dificultad, les propongo recordar la siguiente frase: “Esto me sucede por mi propio bien” y de este modo será más fácil sobrellevar esos momentos, sabiendo que luego saldremos heroicos y fortalecidos.
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