El alcohol y otras drogas afectan la conducta, pero también hay ciertos productos que alteran la mente, y que pese a ser alimentos habituales deben ser tenidos en cuenta como desencadenantes de cambios bruscos de humor, nerviosismo o agresividad.
Según explica el doctor Jorge Pamplona Roger, las neuronas necesitan un aporte constante de glucosa, su principal combustible. Cuando el nivel de glucosa baja, produce falta de concentración mental, apatía y bajo rendimiento intelectual. Si se ingieren productos ricos en azúcar refinado y pobres en fibra vegetal, el nivel de glucosa aumenta bruscamente, lo que desencadena un aumento de la secreción de insulina, que hace descender el nivel de glucosa en la sangre.
Estas fluctuaciones afectan el funcionamiento normal de las neuronas, generando - entre otras alteraciones - cambios bruscos de humor, irritabilidad y nerviosismo seguidos de apatía, hiperactividad, desequilibrio emocional, conducta agresiva. Por otra parte, ciertos aditivos - colorantes, conservantes, edulcorantes - también pueden causar hiperactividad y nerviosismo.
Un estudio realizado en el Reino Unido confirmó que ciertos aditivos usados en refrescos, caramelos y otros dulces favorecen esas alteraciones de la conducta, especialmente en niños de entre 3 y 9 años. Así, los menores manifestaron incapacidad para completar una tarea o para jugar con un solo juguete, y exhibieron un comportamiento bullicioso con falta de concentración.
Los aditivos que más pueden afectar la conducta son los colorantes artificiales, los conservantes, saborizantes y algunos edulcorantes. Aunque el uso de estos elementos es legal, también lo son el alcohol y el tabaco, por lo que no quiere decir que sean inocuos.
Fuente: http://es.sott.net/
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