domingo, 8 de enero de 2012

Pensamientos de un cumpleaños

Aquí estoy, en la noche buena de mi nacimiento. Mañana se cumple un nuevo año de mi existencia Planetaria.
Para mi alma año nuevo es cuando se cumple un nuevo año de mi encarnación. Año nuevo es el día en que decidí encarnar en la Tierra por primera vez hace tanto tiempo. El día en que el mundo me recibió nuevamente y Mamá Tierra me acurruco en sus brazos, el día en que mi madre terrestre me vio nacer y con la alegría del universo me dio un nombre. El día en que con inocencia angelical y con la fuerte misión de vivir, decidí olvidar todo lo que ya había aprendido en mis otras encarnaciones, para una vez mas volver a aprender como ser feliz y entender el significado de la vida. Que nunca estamos solos, que todas las cosas que nos sucedieron y nos sucederán así debían ser y que Dios majestuoso nos regalo por su infinito amor y ansias de conocimiento, la posibilidad de ser seres inmortales, de encarnar en un plano aparentemente material en el cual cada uno, a través de sus años de vida terrícola, jugaría diversos papeles y aprendería viviendo diferentes situación, algunas veces complicadas, algunas veces demasiado complicadas y otras veces sencillamente hermosas.
Así que en este fin de año y comienzo de uno nuevo, me maravillo mirando hacia atrás y recordando todas las situaciones que viví, todas las etapas que pase, todos los sentimientos que en mi aloje y todos los que simplemente deje fluir y desaparecer. Miro hacia atrás y pienso en la común pregunta ¿me arrepiento de algo de lo que hice? Sinceramente no, me hubiera gustado haber reaccionado de otras formas en determinadas situaciones, haber dicho otras cosas y no herir quizás a alguien más, pero se que son de esas situaciones tan difícil como he dicho antes y de esas cosas que dije, de las saque la fortaleza para ser hoy como soy y haber recordado a que vine. ¿Años desperdiciados? ninguno, no los hubieron, ya que en los años en los que sentía que estaba mas en la oscuridad, mas alejada de Dios, cuando inclusive lo negué y deje de creer en él fue donde mas a prueba se me puso, en los momentos en que peor me comporte y que mas vacía me pude haber sentido fueron los momentos en los que mas apoyada y acompañada estuve. Aún en los momentos en los que olvide totalmente a que había venido a este planeta y que vivía en el sueño eterno del caminar inconsciente fue cuando más Dios me amparo y me miro con ojos de cariño. Porque Dios sabe que muchas veces para amarlo hay que odiarlo, y para re conocerlo hay que haber negado su existencia.
Así que doy gracias a Dios por haberlo sabido olvidar, por haberlo podido odiar y por haber negado su existencia ya que me hizo hoy en día amarlo, re conocerlo y haberlo encontrado nuevamente en mi.
Agradezco hoy en día tener todo un nuevo año para seguir aprendiendo, para seguir recordando lo que olvide. Que soy un ser inmortal, que cada nuevo día es una oportunidad que se me da de amar, de enseñar, de aprender y sobre todo de ser amada.
Saludos Bea

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