sábado, 28 de agosto de 2010

Lo que no te diría una caja de leche UHT


Las siglas UHT significan Ultra High Temperature. Traducido sería algo así como Temperaturas Ultra Altas. Con este proceso la leche es sometida temperaturas extremadamente altas, hasta el punto que el agua que contiene la leche es completamente eliminada, quedando solo un polvo de sales y nutrientes, para luego ser luego añadida. No es otra cosa que leche en polvo con el agua ya incorporada.

Este proceso garantiza una leche libre de gérmenes, con un sabor muy similar al de la leche fresca recién ordeñada además de hacer que caduque mucho después que cualquier otro tipo de leche. Pero todo esto tiene una parte negativa.

Al sufrir estas repentinas altas temperaturas sus nutrientes son dañados, hasta el punto de perder todo su valor alimenticio, que tiene que ser incorporado nuevamente de forma artificial. Se convierte en la denominada “leche inerte”. Aunque se añade una gran cantidad de nutrientes, no alcanza ni un 40% de los que tiene la leche fresca de vaca. Pero el problema no erradica solo en que tenga pocos nutrientes, estos nutrientes, al no ser biológicamente naturales, son difíciles de absorver por el organismo, pues los detecta como objetos no identificados.

Las proteínas que no se consumen en las altas temperaturas siguen en la leche, pero han sufrido modificaciones en su estructura, de forma que nuestro organismo no las asimila como proteínas, sino como sujetos extraños, que (además de no tener ningún tipo de función nutritiva) puede dar lugar a reacciones biológicas anómalas en pequeñas dosis, dañinas para nuestra salud, solo que a un bajo nivel.

Al ser tan solo polvo y agua, la leche pierde la textura ligeramente cremosa, causada por la nata y otras sustancias naturales. Para reponer estas sustancias se añaden aceites, con grasas saturadas de muy baja calidad, llegando a componer hasta un 5% de la leche.

Cuando se conserva en envases en que la leche sufre un contacto directo con el plástico, se suelen desprender polímeros, que aumentan el riesgo cancerígeno (eso sí, en una pequeñísima cantidad). Se le añaden aditivos para conservarla mejor como el e-330, bastante tóxico y de origen químico artificial.

Si lo que estás buscando es una buena nutrición olvida esta leche, será difícil de encontrar una buena, pero lo que sin duda nunca se mejorará es la leche recién ordeñada y hervida.

fuente: http://segundaera.wordpress.com/

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